Cerca de 100 perros fueron arrojados a una fosa común de casi 7 metros de profundidad y enterrados vivos cerca de la frontera entre China y Mongolia. Miembros del grupo de voluntarios para la protección de mascotas Yinchuan Dawn afirmaron que cavar una fosa común tan profunda habría requerido maquinaria pesada, por lo que es probable que las autoridades locales estuvieran detrás del acto, considerado extremadamente cruel.
El grupo de voluntarios Yinchuan Dawn inició una investigación para encontrar a los pobres perros tras recibir la llamada de una mujer que dijo haber encontrado a su perro en un vertedero cerca de la frontera entre China y Mongolia el miércoles pasado. La mujer comentó haber visto a muchos perros callejeros atrapados en una fosa profunda y compartió una foto de la horrible escena.
La foto de casi 100 perros enterrados vivos en la fosa profunda se publicó posteriormente en la red social Sina Weibo. La comunidad china en línea se indignó con las horribles imágenes.
Al llegar al lugar, los voluntarios encontraron a los perros enterrados en el suelo, con un aspecto lamentable y la boca llena de tierra y arena. Al oír gemidos provenientes del subsuelo, el grupo de voluntarios cavó a fondo y rescató a cuatro perros, incluyendo un cachorro.
Los voluntarios añadieron: “Tuvimos que alquilar una excavadora para buscar a los pobres perros. Al llegar, el grupo descubrió seis perros que habían muerto previamente tras ser aplastados por la excavadora. Había tierra y arena en las bocas de los perros, lo que demostraba que, antes de nuestra llegada al lugar, los funcionarios de la administración urbana local habían trasladado en secreto los cuerpos de otros perros a un lugar secreto”.
Sin embargo, al ser preguntado, un funcionario de la oficina de administración urbana negó rotundamente las acusaciones y afirmó que también estaban llevando a cabo una investigación.
Según funcionarios chinos locales, los perros callejeros suelen ser capturados y se les da un nuevo hogar. Sin embargo, los voluntarios afirman que a menudo son enterrados o vendidos a restaurantes para obtener carne.