Interrupción salvaje: Leones que se alimentaban de filete de antílope junto a un río en Zambia, emboscados por un cocodrilo que intentaba robarles la comida

¿Alguna vez has arruinado una hermosa cena cuando aparece un invitado no deseado y no invitado?

Doble toma: los leones se ven alternativamente sorprendidos y desconcertados por su esperado invitado a cenar, que solo quería una ración de antílope para él.

A los grandes felinos les toma unos momentos darse cuenta de que Fred viene hacia ellos y en un momento parece que podría lograrlo cuando abre sus enormes mandíbulas.

En camino: el astuto y aparentemente temeroso cocodrilo de tres metros hace que el astuto gatee hasta la mesa del comedor

Más cerca aún: casi se puede sentir el hambre del cocodrilo cuando abre bien las mandíbulas y mira la escena.

Se puede ver lo absortos que están: casi no hay espacio en la mesa mientras los leones dejan su ргeу, pero el cocodrilo encontrará la manera.

Los cachorros de león se dispersan sabiamente para evitar convertirse en comida y, por un segundo, parece que Fred tiene la ventaja.

Pero las enormes madres leonas deciden que ya es suficiente y, espoleadas, tanto por la mirada hacia la madre como por el instinto de proteger a sus crías, comienzan a arañar y a morder a Fred hasta que éste decide que es hora de irse.

Casi tan rápido como comenzó, la aventura titánica termina y Fred corre por la hierba de regreso a la seguridad del río en South Luangwa, Zambia.

¡Sal de aquí! Los leones son detenidos por el ataque de voz, y con un rugido le dicen al cocodrilo que retroceda, y el ladrón le lanza un grito.

‘¡Y no vuelvas!’: El ambiente de la comida se arruina, con la leona mirando al intruso que arruinó su comida.

No contentos: Los leones se aseguran de que el cocodrilo, conocido como Fred, no haga otro intento, alejándolo de la mesa.

El fotógrafo y director de bushcamp, Oli Dreike, de 34 años, de The Bushcamp Company, estaba a sólo 20 metros de distancia en su tienda de campaña cuando se desarrolló la acción.

Y para asegurarse, la leona ruge con desaprobación: Parece que los animales envejecidos tardaron unos segundos en recobrar el sentido tras la grosera interrupción.

Oli dijo: “Corrí de regreso a mi tienda para tomar mi cámara y encontré a una de las leonas agachada al acecho al otro lado de un pequeño canal alimentado por un manantial a menos de 20 metros de mi tienda.