El depredador se convierte en presa.
No es muy frecuente ver a un oso peleando con la espalda contra la pared, pero puede suceder.
La mayoría de las veces el oso tiene la ventaja y es el que ataca.
Una hembra de oso negro pesará, en promedio, alrededor de 150 libras, mientras que los lobos sólo alrededor de 110 libras. Un lobo grande puede pesar hasta 150 libras, por lo que incluso el más grande de ellos tiene un rival parejo con la mayoría de los osos. Por otro lado, una cerda parda puede pesar alrededor de 300 libras.
Una madre osa, que parece bastante delgada, tiene tres cachorros que cuidar y toda una manada de lobos de los que defenderse. Los cachorros son demasiado jóvenes para comprender el peligro y demasiado pequeños para ser de verdadera ayuda.
Los lobos rodean a los osos y comienzan su ataque. La madre osa mantiene unidos a los cachorros y se interpone entre el atacante y los cachorros.
La madre osa tiene la cabeza giratoria para captar cada intento de ataque.
Cada vez que un lobo va a por él, ella se pone delante de ellos y lo detiene. Los lobos son implacables, pero también lo es el amor de esta madre.
Mientras intentan atacar, los lobos se cansan y reducen la velocidad.
El vídeo termina con ellos todavía rodeados, pero la madre osa parece haberse defendido con éxito. Ningún lobo quiere recibir una gran pata de oso en la cara y esta mamá tiene mucha pelea en ella.
¡Qué encuentro!