Cuando encontraron a una perrita casi sumergida en un charco sucio, lleno de basura, y en las condiciones más lamentables, sus héroes rompieron a llorar. Lo que sucedió después toca el corazón a cualquiera y nos devuelve la fe en la humanidad.
Jeevith es la protagonista de uno de esos episodios que de verdad nos puede hacer cambiar la perspectiva que tenemos sobre perros y gatos abandonados, así como llegar a hacer más, mucho más para proteger a estos chiquillos.
La perrita estaba totalmente paralizada, no podía moverse, su cuerpo no respondía…
Esto de por sí es un problema sumamente grave, pero imagina lo peor que puede volverse esa condición si la mascota yace, inmóvil, en un charco de agua sucia.
Indefensa, deshidratada, desnutrida y enferma como estaba, no tardó en convertirse en blanco de parásitos y de otras plagas.
Hemos omitido el vídeo del rescate por sus escenas tan lamentables, pero las imágenes del después calentarán tu corazón…
Por suerte para Jeevith, un hombre vio la condición de la perrita y denunció de inmediato su caso en Facebook, llamando la atención de un rescate local llamado Kannan Animal Welfare, en Uttar, Pradesh, India.
«Encontramos a Jeevith en un estado imposible de describir sin que derramemos lágrimas al contarlo... Medio devorada por gusanos, inmóvil y esperando su fin. Llevaba días sin comer y el agua sucia le había vuelto la piel muy sensible. Había perdido un ojo debido a los gusanos y su cuerpo estaba plagado de agujeros, 22 de ellos».
Nada más verla supieron que no les esperaba un desafío sencillo y que en buena parte, la vida de la mascota dependería de su espíritu de lucha, pero ellos no se rendirían.
«Todos los veterinarios a los que la llevamos nos dijeron que la durmiéramos para poner fin a su sufrimiento, a excepción de Max Vets», relataron los rescatistas.
«Decididos a salvarla, comenzamos a cuidarla día y noche con todo nuestro amor y cuidado. Se necesitaron 4 meses de esfuerzos sinceros y un amor abrumador de parte de cada uno de nosotros para comenzar su viaje hacia convertirse en la curiosa bola de pelusa que conocemos hoy», agregaron.
El nombre que le dieron Jeevith, que significa «Uno que vive», no podría haber hecho más justicia a su increíble recuperación y fuerte determinación hasta convertirse en el ser de luz que es ahora.
Finalmente, fue adoptada por una familia maravillosa en Canadá y actualmente vive con su amada familia y dos amigos caninos.
«Su historia nos mantiene alerta y nos anima a seguir salvando a otros Jeevith que nos esperan en el camino para darles una segunda oportunidad en la vida. Ella es la inspiración de todo lo que hacemos. Nos invita a recordarle al mundo que incluso los días más oscuros tienen un rayo de esperanza», concluyen.
El caso de Jeevith debe servir para recordar a todos la maravilla de las segundas oportunidades. ¡No dejemos de luchar por los más vulnerables!