El equipo de Harbin SHS, una asociación con sede en el noreste de China fundada por dos británicos y un australiano, fue llamado para intervenir en una residencia de la ciudad. Al pie de las escaleras, los voluntarios descubrieron una cachorra de Bulldog Inglés en gran angustia, según Animal Channel.
El perro estaba muy débil, casi inmóvil y temblando. Sufría de sarna y había perdido gran parte de su vestido. Sufría tanto dolor que sus posibilidades de sobrevivir parecían extremadamente escasas.
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La llevaron al veterinario y le pusieron un suero porque estaba deshidratada y desnutrida. Hasta entonces, sólo había comido hojas de árboles.
Después de su hospitalización, la perra, que se llamó Pumpkin, tardó semanas antes de aceptar salir de su jaula y tener algunos intercambios con los voluntarios. Este último, sin embargo, la ayudó a salir de su aislamiento mediante estímulos y golosinas.
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Poco a poco, Calabaza fue recuperando fuerza y peso. Se curó de la sarna y su cabello volvió a crecer, al mismo tiempo que se revelaba su personalidad gentil y afectuosa.
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Se le encontró una familia anfitriona en los Estados Unidos. Hizo el viaje transpacífico y descubrió su nuevo entorno, en la casa de Jessica Kerrigan. Esta última había perdido recientemente a su perro. Una amiga que trabajaba en el refugio estadounidense al que habían trasladado a Pumpkin mientras tanto le habló del perro.
Los Kerrigan inmediatamente amaron a Pumpkin, tanto que terminaron decidiendo adoptarlo para siempre.
Con los otros perros de la familia, Pumpkin lleva una vida tranquila y feliz cerca de Newport Beach. La cuenta de Instagram dedicada a ellos es seguida por más de 13 mil suscriptores.
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