Una manada de guepardos adopta una pose amenazadora con el rostro cubierto de sangre y tripas después de devorar un antílope en Kenia.
Los depredadores estaban cubiertos de cartílago que les salía de la boca después de darse un festín con un antílope de 30 libras en el parque nacional Masai Mara.
Los expertos en vida silvestre dicen que los guepardos se comercializan como mascotas después de haber sido capturados ilegalmente en Somalia, Etiopía y Kenia, y en ocasiones son cazados furtivamente por su piel.La African Wildlife Foundation estima que sólo hay 6.700 guepardos adultos vivos en la naturaleza.
Bienestar y tripas: cartílago cuelga de la nariz de un guepardo después de que devorara un antílope junto con la llamada coalición de grandes felinos en el parque nacional Masai Mara de Kenia
Lamiéndose los labios: dos de los depredadores saborean su comida después de devorar al antílope, habiendo incluso ahuyentado a una manada de leones que maniobraban para conseguir una parte de la comida.
Banquete: la coalición de guepardos se alimenta de su comida, y el antílope de 30 libras es visible solo por su pierna desgarrada y sin vida después de que fue asesinado por los grandes felinos en la reserva de caza Masai Mara de Kenia.
Llama la atención: Los guepardos quedaron con caras de color rojo brillante, de pie sobre sus característicos pelajes y manchas de colores claros, después de que su comida los dejó cubiertos de sangre.
Mirada amenazadora: Uno de los guepardos mira directamente a la cámara y se lame los labios con la cara cubierta de sangre después de que los animales mostraron sus habilidades predatorias al derribar a un antílope.
Cara roja: este guepardo tiene una figura atractiva en lo que el fotógrafo Tapan Sheth, un hombre de 41 años de Rajkot, India, describió como su foto favorita de la colección.
Consejo en manada: estos guepardos nacieron de diferentes madres, pero son parte de la misma ‘coalición’ de animales, que se enfrentan a amenazas de caza furtiva y cazan en la naturaleza.
Reunión pública: Los guepardos descansan en la pradera de la reserva de caza Masai Mara en África Oriental. Se estima que quedan menos de 7.000 animales en libertad