La historia de esta perra inocente es un testimonio de resiliencia, coraje, voluntad de vivir y compasión que cambia el destino. El pequeño Mo escapó de una granja ilegal de carne de perro en el último minuto.
La encontraron indefensa en un desagüe de lluvia en la isla de Bali. Tenía la boca bien cerrada con cinta adhesiva y apenas podía respirar. Sus patas traseras estaban sujetas por una cuerda corta. Los sapsiocs creen que por algún milagro logró escapar de una de las muchas granjas de carne de perro en esta isla paradisíaca.
Además del teггіЬɩe tгаᴜmа y el estrés, Mo también enfrentó una ɡгаⱱe amenaza a su vida. Es decir, la cinta adhesiva con la que estaba pegado el hocico estaba tan apretada y durante tanto tiempo en el hocico que la circulación se interrumpió durante mucho tiempo y el tejido se extinguió casi por completo. Fue necesario realizar una operación complicada, donde se realizaría un trasplante de piel. Los veterinarios no sabían si Mo despertaría después de una operación tan difícil.
Pero Mo se despertó y meneó la cola. Poco a poco, la pequeña perra empezó a recuperarse. El flujo de sangre volvió, la nueva piel se absorbió y pronto Mo estaba comiendo sola. Muy rápidamente recuperó la confianza en la gente y su personalidad se mostró en todo su esplendor. Pronto consiguió una nueva familia donde la cuidan y la aman como al ser más preciado del mundo.
Pasa los días de su nueva vida en compañía de otros perros, con abrazos y besos. La vida difícil y el peligro del matadero quedan hoy detrás, gracias a las personas que no renunciaron a él y a quienes vieron en él un ser que enriquecería y haría sus vidas más felices.