Hero, un perro mayor, tuvo un pasado duro y lleno de maltrato hasta que el equipo de boxes acudió a su rescate.
Este desafío es más crucial para Hero porque nadie sabe cuánto tiempo le queda de vida. Pero todos querían que viviera en un hogar amoroso.
Afortunadamente, Rusty y Anna, que ya tenían un amigo peludo llamado Sugar Bear, estaban considerando agregar otro amigo peludo a su familia. Entonces, decidieron darle a Hero la oportunidad de ser feliz.
“Sus dulces ojos simplemente decían, ‘ámame’, y tú pensabas, vaya, este chico realmente merece una oportunidad”, compartió Anna.
Hero no podía volver a casa con Rusty y Anna hasta que alguien importante diera luz verde: Sugar Bear, su otro perro.
Todo dependía de si a Sugar Bear le gustaba Hero o no. Si no se llevaban bien, Rusty y Anna tendrían que buscarse otro perro. Entonces, organizaron un encuentro entre él y su perro.
Afortunadamente, el encuentro entre Hero y Sugar Bear salió bien. Los ojos de Sugar Bear brillaron de alegría al encontrarse con Hero. ¡Y sabían que esto era todo!
Una vez en casa, Rusty y Anna se dieron cuenta de que habían tomado la decisión correcta. Él y Sugar Bear siempre dormían uno al lado del otro y rápidamente se estableció como una parte integral de su familia.
“Si dejas de acariciarlo, comenzará a darte codazos para recordarte: ‘Oye, todavía estoy aquí’”, explicó Rusty.
Rusty agregó: “Si por alguna razón decidías dejar de acariciarlo y él no podía llamar tu atención, sin importar cuánto te empujara, pasaba a la siguiente persona y comenzaba a empujarla”.
Hero realmente amaba a sus padres humanos.
Cuando Rusty conducía a casa, Hero, con su agudo oído, oía el ruido del coche y se apresuraba a ser el primero en recibirlo en la puerta.
Hero era toda una sombra en casa: seguía a todos, incluso al baño. Anna tuvo que acostumbrarse a tener un compañero peludo dondequiera que fuera.