Paraíso dos Focinhos es una ONG brasileña que lucha personalmente por salvaguardar los derechos de los animales, en particular los abandonados en plena calle. Desgraciadamente, esta práctica sigue muy extendida, incluso aquí en Italia, aunque constituye un delito.
Era el 15 de enero y los voluntarios recibieron una llamada: una mujer los buscaba, después de haber hecho un terrible descubrimiento. Mientras caminaba por el camino, se encontró con un perro tirado en el suelo. De apariencia esquelética, estaba completamente inmóvil.
Estaba respirando, pero quién sabe por cuánto tiempo: sus energías lo habían abandonado y era necesaria una intervención oportuna. Sin embargo, meneó la cola, como si le pidiera que se quedara allí con él.
La rescatista no podía llevárselo al trabajo, por lo que tuvo la idea de dejarlo en buenas manos. Los voluntarios llegaron al punto indicado, comprobando la gravedad de la situación. Permanecer impasible ante una escena tan triste estaba fuera de discusión.
No podían entender quién podría haberlo reducido a este estado, pero, a diferencia de su anterior dueño, no le darían la espalda.
Perro negro en sus brazos.
Luego lo llevaron a una clínica veterinaria, para que un profesional en la materia, con las herramientas y la experiencia adecuadas para la tarea, elaborara un informe médico. Como no tenía fuerzas para comer, le dieron los nutrientes que necesitaba mediante una transfusión de sangre.
Aunque ganó 4 kilos en apenas unos días, el camino estuvo lleno de obstáculos. De hecho, no podía ponerse de pie ni caminar correctamente.
Dega (como llamaban al perro) tenía, sin embargo, personalidad de campeón. Su vida estaba en juego y nunca se rendiría. Después de tres semanas mostró un progreso significativo en la movilidad. No corrió bien, pero considerando las condiciones ya había conseguido grandes objetivos. Tres meses después de su hospitalización recibió el visto bueno para salir del centro: su salvador lo estaba esperando…