Eга un día típico cuando un grupo de personas presenciaron el colapso de un perro después de ser atropellado por un coche. Inmediatamente …
Pequeña mascota sometida a una masa en el cuello que no puede respirar había sido abandonada a medianoche.
Cuando llegamos al lugar, encontramos al perro completamente desorientado y en estado de ѕһoсk. Se movía al azar, sin tratar de huir, sino más bien como si experimentara una descarga de adrenalina y un cerebro completamente aturdido. Sabíamos que teníamos que actuar rápido para darle una oportunidad de luchar.
Transportamos con cuidado al perro a nuestra clínica, donde comenzamos a tratarlo por sus heridas. Lo llamamos Mitchell, un nombre fuerte, estable y serio para un niño que tenía por delante el “muy serio trabajo de curarse de una lesión en la cabeza” durante muchos días.
Durante las primeras horas, nos preocupaba que la lesión cerebral de Mitchell desapareciera y causara un daño permanente. Necesitábamos vigilarlo las 24 horas del día para asegurarnos de que no perdiera el conocimiento debido a una fuga cerebral, que es uno de los peligros de una conmoción cerebral.
Durante los días siguientes, Mitchell logró un progreso lento pero constante. Trabajamos con él en fisioterapia ligera, animándolo a ponerse de pie y moverse. Al principio estaba débil y desorientado, pero poco a poco empezó a recuperar su fuerza y movilidad. Estaba claro que eга un luchador y estaba decidido a sanar.
A medida que pasaban los días, la recuperación de Mitchell fue nada menos que milagrosa. Pasó de ser un perro al borde de la muerte a un cachorro alegre y juguetón en tan solo unas semanas. Podía pararse solo, caminar e incluso jugar con otros perros. Fue una transformación increíble y todo fue gracias al amor y la dedicación de nuestro equipo.
La historia de Mitchell es una historia de esperanza y curación. Es un recordatorio de que no importa cuáп ɡгаⱱe pueda parecer la situación, siempre hay esperanza para un mañana mejor.
El futuro de Mitchell es brillante y es una inspiración para todos nosotros. Nos recuerda que con amor, cuidado y dedicación podemos superar cualquier obstáculo. Para Mitchell, “el resto es un futuro” y no podríamos estar más felices de ser parte de él.