Mi perro no tiene nariz… Un perro cuya cara quedó destrozada cuando unos matones le ataron fuegos artificiales a la mandíbula en México es salvado por una organización benéfica estadounidense después de someterse a una cirugía reconstructiva
El adorable perro Braveheart, en la imagen ahora, tuvo su mandíbula reconstruida después de que estallara en pedazos por petardos en Sonora, México.
El cachorro, en la foto recuperándose de una cirugía, tuvo cuatro operaciones para reconstruir su cara en México
‘Nunca había hecho ningún rescate en esa zona, así que no estaba seguro de los veterinarios que había allí, pero un amigo me habló del Dr. Briseño, que pensó que podría ayudar.
Braveheart, en la foto, ahora vive en The Saving Huey Foundation en California, donde le encanta jugar con sus amigos cachorros rescatados.
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Braveheart, en la foto de izquierda a derecha después de la cirugía, tuvo que quedarse en México durante dos meses antes de estar lo suficientemente bien como para viajar al santuario de animales.
No se sabe mucho sobre el pasado de Braveheart, ya que una organización benéfica para animales lo encontró después de resultar herido. El perro aparece en la foto recuperándose de la cirugía con un cono alrededor del cuello.
El petardo destruyó la mandíbula de Braveheart, en la foto, y necesitaba que le construyeran una prótesis.
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Después de recuperarse de sus cirugías, Braveheart, fotografiado a la izquierda y a la derecha durante las operaciones, fue conducido 11 horas hasta California para comenzar una nueva vida.
La directora de la organización benéfica, Tracy Lystra, de 44 años, dijo que su primer “instinto fue sacrificar al pobre perro” cuando un colega le envió una fotografía de Braveheart, fotografiado durante la cirugía. México
Braveheart, en la foto ahora que su cara se ha curado, es ahora un perro feliz y amigable en la Fundación Saving Huey y está aprendiendo a no saltar sobre las personas cuando se emociona.
Ella dijo: ‘Braveheart es un niño increíble que ama a las personas y a otros animales, todavía se emociona un poco cuando conoce nuevos amigos, pero está aprendiendo a no saltar.
A Braveheart, fotografiado después de la cirugía, le quitaron un tubo de la nariz poco después de llegar a California, lo que, según Lystra, lo hizo sentir más cómodo.
La Sra. Lystra dijo que Braveheart, en la foto ahora, “es un niño increíble que ama a las personas y a los animales”.