El perro es un animal fascinante, que nunca deja de sorprendernos con su lealtad y capacidad para amarnos. Sin embargo, sin importar la raza o la edad, también son seres curiosos, traviesos, a quienes les encanta explorar el mundo que los rodea, lo que muchas veces los conduce a meterse líos serios, que incluso pueden costarles la vida.
Tal como le ocurrió a una de estas intrépidas, valientes, pero muy alocada canina quien fue hallada por efectivos del Departamento de Bomberos de Kennett, en Arbyrd, Missouri, Estados Unidos, con la cabeza atrapada en una tubería.
Los funcionarios de rescate recibieron una llamada reportando el hecho. Al parecer, la canina callejera estuvo en esa angustiosa situación por espacio de cinco horas continuas. Aunque muchas personas se acercaron para intentar zafarla les fue imposible, por lo que se requirió de la intervención de los bomberos.
Al llegar se dieron cuenta de que el asunto no se presentaba fácil de solucionar. Sin embargo, luego de un trabajo cuidado y muy exhaustivo para liberar al animalito, lograron extraer su cabeza de la tubería y rescatarla. Ahora, el próximo paso será encontrarle un hogar digno, que tanto ella como cualquier ser en situación de calle merece.
Para sacarla de su predicamento se necesitó de mucho esfuerzo, así como de equipos especiales. De hecho, con toda su capacidad logística, tal y como dijimos antes, tardaron cinco horas seguidas en lograr el objetivo de cortar el tubo sin ocasionar daños al animal.
“Tuvimos mucho cuidado con el lugar dónde estábamos cortando, la manera cómo lo estábamos haciendo, tratando de mantener al animal tranquilo, que fue lo más difícil, en realidad. Estaba muy asustada y no era para menos”, comentó el jefe de bomberos de este departamento, Paul Spain.
Cuando por fin, estuvo en un lugar seguro y a salvo, la pobre perrita se notaba verdaderamente exhausta y con un alto nivel de deshidratación y desnutrición, según agregó el propio Paul Spain.
De inmediato, la canina tuvo que ser trasladada aún dentro de un pedazo de la tubería hasta la Clínica Veterinaria Kennett, donde los médicos la sedaron para poder retirarle completamente la pieza metálica que la aprisionaba. Una vez tuvo consciencia de su libertad, comenzó a menear la cola en señal de agradecimiento a quienes la salvaron.
Ahora que la tierna perrita callejera está en buenas manos, estamos seguros de que pronto encontrará un nuevo hogar lleno de amor, respeto, valoración y cariño que todo ser vivo en este planeta requiere para vivir en paz.
Comparte esta historia con tus amistades, seres queridos y familiares cercanos. Ojalá que la curiosidad y el hambre de esta perrita no la hagan meterse en más problemas en el futuro.