La naturaleza tiene algunos misterios que resultan incomprensibles para nosotros y este cachorrito ha sido víctima de uno de ellos.
Resulta que el pequeño hacía parte de una camada de ocho que fueron rechazados por su propia mamita, pero la vida le permitió encontrar la felicidad al lado de una familia gatuna.
Ale Oviedo supo del caso del cachorrito y no pudo resistirse a ayudarlo. Tres de los hermanos del can habían perdido la vida por el comportamiento de la madre y ella no dejaría que el can se convirtiera en el cuarto por morir.
Además, el pequeño había recibido una lesión en una de sus patitas y necesitaba atención.
Ale supo de este caso por unas amistades de su familia y decidió intervenir para salvar al cachorrito. En ese momento él tenía solo semanas de vida.
Cuando el cachorrito llegó a casa de la mujer, venía con su patita lastimada y Ale sabía que debía vigilarlo muy bien, pero, además, tenía la preocupación sobre cómo tomarían sus otras mascotas la llegada de este integrante.
La mujer debía sanar la patita de Nicholas y por eso limpiaba la lesión varias veces al día, en esos momentos los felinos llegaban por él para consolarlo.
Con el cuidado de su nueva familia el cachorro fue ganando fuerzas y confianza. Nicholas era un perrito muy temeroso antes de conocer a Ale, pero después de compartir con ella y su familia supo que la vida no era tan amarga después de todo.
Para la mujer no hay mayor satisfacción o recompensa a esos días de atenciones que ver al indefenso cachorrito convertirse en un perro seguro de sí y sobre todo sano. Su lesión y corazón sanaron gracias a ellos.
“¡Lo hice con mucho gusto, con el cuidado constante de mi parte, mis gatos y mis otros 5 perros, se convirtió en un perro encantador!” dijo.
Ya recuperado, Nicholas disfruta la compañía de toda esa familia que lo acogió y de manera especial la de los gatitos pues, paradójicamente, fueron ellos quienes lo adoptaron con más amor y se dedicaron a acompañarlo y cuidarlo en sus días de adaptación.
La intervención de Ale cambió el destino del cachorrito que ahora podrá llevar una vida tranquila y llena de amor, algo que no lograron tres de sus hermanitos.
Parece que disfrutar de este mundo era algo para lo que Nicholas estaba destinado y ahora que vive rodeado de tanto amor y maullidos seguro crecerá muy sano.
En la naturaleza hay cosas difíciles de asimilar, pero lo importante es que las buenas acciones se impusieron ante cualquier mal que podía padecer este perrito y ahora es completamente feliz.