Algunos encuentran una manada de otros perros con los que jugar y tienen alguna oportunidad de ganar, pero aún así no es fácil.
En la capital argentina de Buenos Aires, hay un problema con los perros callejeros. Todas las ciudades tienen perros callejeros, pero hay un número particularmente alto en esta ciudad.
Faltaban dos días para Navidad de 2017 cuando a la amante de los animales Pía le contaron sobre un perro que simplemente corría en círculos.
Cuando lo encontró, estaba desollado y esquelético y yacía en el suelo, sin brillo ni chispa en sus ojos.
“Lloré porque no podía creer que nadie lo hubiera ayudado”, dijo Pía, según nosotros.
Pía lo llevó al veterinario pero no pensó que sobreviviría la noche.
El veterinario le dijo a Pía que esperara un par de días y viera cómo estaba. Necesitaba dinero.
Sería un viaje difícil para ambos. Durante los próximos dos días, ella no pudo hacer nada y perdió aún más peso.
No podía caminar porque había perdido el músculo en sus piernas. Pía estaba preocupada, pero se quedó con él. Ella luchó por la vida y no cedió. Ella lo llamó Hércules.
Pensó que toda esperanza estaba perdida…
Pero luego él se preparó para comer y luchó, así que tuvo que quedarse de pie. ¡Quería vivir!
Comenzó a luchar, como un Hércules, y encontró la fuerza para continuar. ¡Finalmente se levantó por sí solo!
Fue después de esto que realmente comenzó a cambiar para mejor. Las chispas regresaron a sus ojos, se volvió más fuerte y su pelaje volvió.
¡Así es Hércules hoy! Muy reconocible desde el estado en que Pía lo encontró. Con amor y devoción, volvió a la vida.
Gracias a una madre amorosa que recuperó su vida.
Pía dice que Hércules es un perro muy cariñoso, como si le estuviera agradeciendo a ella.