A mediados de febrero de 2018, la organización benéfica Hope For Paws, con sede en Los Ángeles, recibió una llamada sobre un perro viejo abandonado en un centro de reciclaje.
El animal estaba siendo alimentado por uno de los empleados del centro pero parecía encontrarse en mal estado. Dos voluntarias de la organización benéfica, Lisa Arturo y JoAnn Wiltz, se acercaron cautelosamente al perro y lo tentaron con golosinas.
Apodado Duncan, el viejo perro también era ciego y claramente había tenido una vida difícil. Lisa y JoAnn le pusieron con cuidado y lentamente un collar alrededor del cuello, antes de intentar sacarlo de su escondite.
Luego llevaron a Duncan al automóvil de la asociación.
Y luego lo llevaron directamente al veterinario.
Después de un examen, el equipo médico descubrió que Duncan, además de ciego, padecía deshidratación, enfermedades de las encías, úlceras corneales, una enfermedad de la piel y dos tumores.
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Tras un buen baño, el perro cambió completamente de color, perdiendo toda la suciedad y el polvo que había acumulado en su piel a lo largo del año. Luego comenzó a mostrar afecto hacia sus rescatadores.
Luego, el adorable perro fue acogido por una familia temporal donde descubrió poco a poco todos los placeres que la vida le ofrecía. Ahora está esperando encontrar su hogar definitivo.