Un perro con la cara deformada encuentra una familia amorosa que lo aprecia tal como es

Arrow es un perrito que, aunque ahora es tan feliz como muestran sus vídeos y fotografías, su comienzo en la vida fue uno de los más difíciles y desgarradores.

Pero, nunca imaginó que el destino le enviaría verdaderos ángeles como padres, a quienes no les importaría su deformidad – impactante para muchos – y lo amarían tal como es.

perrito

Arrow llegó a las puertas de la organización de rescate de animales PMM гeѕсᴜe Inc. cuando era apenas un bebé, en condiciones más que deplorables.

Allí descubrieron que tenía la mandíbula terriblemente rota, lo que coincidió con una severa mordedura que recibió de otro canino. Lamentablemente, su mandíbula derecha ya no pudo ser salvada.

Estaba tan necrótico y gravemente infectado que olía como un cadáver en descomposición. Por lo tanto, su única opción es quitarle el hueso muerto.

Los veterinarios no tuvieron más remedio que quitarle toda la parte superior derecha de la mandíbula y también cortar parte de la parte superior derecha.

Después de 5 meses de la operación, el perrito con otra carita estaba más feliz que podía imaginar, no sólo porque se recuperó maravillosamente, sino porque encontró el verdadero amor con su nueva familia.

Su historia quedó plasmada gracias a un hermoso vídeo que revela su triste inicio, pero sobre todo, el gran guerrero y criatura de luz en el que se convirtió gracias a tanto amor que lo rodeó en todo momento.

Pero lo que más ama por encima de todas las cosas, si alguna vez lo consigue, es despertar junto a su padre humano en su enorme cama.

“Arrow comenzó teniendo las peores semanas de su vida, avancemos rápido a cómo lo vemos hoy, regalándonos sonrisas de oreja a oreja, con su lengua de trapo y todo, pero ama la vida y ha hecho que nuestra familia esté completa”, dijo su dueño.

Aunque están acostumbrados a tener que recoger los cientos de croquetas que caen cuando come de su boca torcida, a perseguirlo por toda la casa y a tener que limpiarlo todo cada vez que hace un desastre, su dueño no lo cambiaría por nada.

La historia de la bella Flecha es un claro ejemplo de que la apariencia física no tiene nada que ver con el verdadero valor de un perro o de una persona. Como dice una frase de El Principito, nada es tan cierto como aquello de “¡Lo esencial es invisible a los ojos!”, ¿no lo crees?