La vida de los perritos en las calles siempre ha sido demasiado dura y desesperanzadora. Lamentablemente, durante los meses de pandemia las estadísticas han demostrado que los peluditos sin hogar han aumentado terriblemente.
Los rescatistas y voluntarios del mundo entero están trabajando sin descanso para brindar una segunda oportunidad a perros con un pasado desgarrador. Uno de los casos más admirables ha sido el de una perrita llamada Amira.
La perrita nació con un problema congénito y no tenía sus dos patitas delanteras. Los rescatistas la encontraron en una condición tan grave que asumieron que había pasado absolutamente toda su vida en las calles de Tailandia.
Tenía heridas graves que demostraban que había tenido que conocer lo peor de los humanos. Afortunadamente, un voluntario la tomó bajo su cuidado y la llevó a la Fundación Soi Dog.
Todos los que la conocían quedaban en shock. A pesar de encontrarse en los huesos y estar totalmente cubierta de heridas demostró que tenía muchísimas ganas de seguir adelante. Había tenido varias camadas y de no haber recibido ayuda era posible que simplemente no lograra sobrevivir.
La hermosa peludita se dejó cuidar con mucha paciencia y regaló miradas de agradecimiento a todos sus salvadores.
Los rescatistas están decididos a brindarle a Amira todo lo que requiera para recuperarse. Necesitará muchísima ayuda y tratamiento médico pero ha demostrado que es una luchadora.
Todavía tiene muchas dificultades para moverse y trasladarse de un lugar a otro. Sin embargo, los veterinarios tienen la esperanza de que recobre un poco más sus fuerzas y pueda llegar a utilizar una silla de ruedas que la ayude a moverse con más libertad.
Los perritos como Amira suelen tener muchas dificultades para encontrar un hogar definitivo. La hermosa peludita es de edad avanzada y necesitará atención médica especializada.
Sin embargo, ya pasó por tantas injusticias en la calle que lo único que merece es conocer el amor y la tranquilidad de un hogar. En caso de que no consiga una familia, los rescatistas de la fundación aseguraron que se harán responsables por su bienestar.
No podemos imaginar el sinfín de pesadillas que esta hermosa peludita tuvo que enfrentar en las calles. Por fortuna, todo eso es cosa del pasado y Amira se encuentra en las mejores manos posibles. Los perritos de la calle merecen una segunda oportunidad.